lunes, 14 de noviembre de 2011

Cap 5. Shadow Games

El magistrado Calavius visita la casa de Batiatus con la noticia de la aproximación de nuevos juegos para ser merecedores del favor de los dioses y ser bendecidos por la lluvia en tiempos de sequía extrema, para esto Solonius Lanista y competencia de Quintus ha ofrecido a Theokoles La Sombra de la Muerte bestia gigantesca de la cual únicamente un solo hombre ha sobrevivido, Doctore, encuentro que marco su retirada de las arenas. Para tales juegos se anuncian en el evento principal ante La Sombra de la Muerte la participación de Crixus y junto a él el regreso de Spartacus.




Por otra parte Batiatus junto con Ashur averiguan que los esclavos enviados para su asesinato fueron comprado por Ovidius, primo del magistrado, por lo que decide atentar contra este; Lucretia por su parte ante el el deseo de brindarle un hijo a su esposo es visitada por una sacerdotiza quien prepara una poción para su fertilidad. En esos instantes Batiatus quien se encuentra en la casa de Ovidius ordena a Barca que acabe con todos los habitantes de ésta, incluyendo su peuqueño hijo.






Esa misma noche antes de la llegada de Batiatus, Lucretia habiendo bebido la poción preparada se dispone a encontrarse con Crixus, el cual ya a esas alturas tenía presente en su corazón unicamente a Nevia, por tal razon evade las peticiones de su Domina, regreso a su celda, éste expresa su amor hacia la esclava quién demuestra amor correspondido por el gladiador.






A la tarde siguiente, día del evento, como acto principal se disponen a pelear contra Theokoles La Sombra de la Muerte, Crixus junto a Spartacus quien tras su último encuentro en la arena no es bienvenido de la mejor manera por la audiencia, pero antes de ésto se recibe la noticia que anuncia que el primo del magistrado, Ovidius ha sido asesinado junto con su familia. En la disputa Crixus cae herido de gravedad, pero antes de perder el conocimiento con el brillo de su casco distrae a la bestia, lo que le da la oportunidad a Spartacus para tomar ventaja y darle muerte, lo que al parecer fue de muy buen agrado para los dioses, pues tras éste acto caen a tierra las primeras gotas de tan anhelada lluvia.






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